Compartimos la nota publicada en el portal de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires sobre el estudio realizado por el CEREN-CIC y el IdIHCS (CONICET-UNLP) en el que se relevaron los efectos del ASPO en hogares de La Plata, Berisso y Ensenada:
Investigadores/as del CEREN-CIC/PBA y del IdIHCS/CONICET-UNLP relevaron los efectos del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) por Covid-19 en el bienestar de niños/as y adolescentes, y las estrategias desarrolladas para afrontarlos en hogares de La Plata, Berisso y Ensenada, durante el segundo semestre de 2020.
El relevamiento contempló una encuesta online autoadministrada a 4000 hogares con niños/as de 3 a 17 años, 60 entrevistas a directoras/es de escuelas públicas y privadas, y 97 entrevistas en profundidad a hogares, referentes comunitarios, trabajadores/as de la salud y de la educación.
El estudio “Condiciones de vida de los hogares y cuidados frente al aislamiento social preventivo y obligatorio por COVID-19 en La Plata, Berisso y Ensenada. Estado de situación del bienestar infantil y propuestas” se realizó en el marco del Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación. La encuesta (ENCAI) se llevó a cabo a través de instituciones educativas públicas y privadas de nivel inicial, primario y secundario. Su realización fue posible gracias al apoyo de las autoridades de las jefaturas regionales, distritales, y autoridades y docentes de las escuelas.
Entre las múltiples dimensiones abordadas para conocer los efectos de la pandemia y del ASPO (medidas de prevención e higiene; salud; educación; alimentación; actividad física; entre otras) una de las principales fue la salud psicológica de niños/as y adolescentes.
La irrupción de la pandemia por COVID-19 ha impactado en múltiples aspectos, entre ellos las rutinas familiares. En este sentido, el 61% de los/as informantes manifestó transformaciones significativas en las rutinas familiares durante el ASPO, particularmente en los hogares de niños/as que asistían al nivel primario. Frente a la interrupción prolongada de las actividades habituales, muchas familias generaron nuevas rutinas que combinaron y concentraron tareas laborales, escolares, domésticas y de ocio. En los casos en que presentaron dificultades para organizarse, éstas se vincularon a la falta de recursos económicos, de espacio físico en las viviendas y de encuentros extrafamiliares, como la escuela o talleres donde niños/as y adolescentes participaban.
Cambios en los estados anímico y hábitos del sueño
Estas transformaciones en la vida cotidiana de las familias y en sus vínculos sociales, han producido inevitablemente efectos subjetivos en niños/as y adolescentes. Frente a estos cambios, los estados anímicos preponderantes en niñas/os fueron el aburrimiento (44,3%) y la inquietud/intranquilidad (32,7%); y en adolescentes, el desgano/desinterés (27,8%) y la angustia (14,2 %). No obstante, los/as cuidadores en su mayoría consideraron dichos estados anímicos como pasajeros.
Otros aspectos indagados refirieron a los hábitos de sueño y a la aparición de manifestaciones o comportamientos asociados al aislamiento. En relación al sueño, informaron que niños/as y adolescentes durmieron más horas, aunque también presentaron problemas para conciliar el sueño (43%), interrupciones en el descanso nocturno (34.5%) y pesadillas (17%). No obstante esos cambios, en el 72,9% de los casos señalaron que niños/as y adolescentes tuvieron una adecuada calidad del sueño: un 38,0% informó que la calidad del sueño fue muy buena y un 34,9%, buena. Respecto a los comportamientos, registraron dificultades para concentrarse en las tareas (70%), comer más de lo habitual (60%), preocupaciones/miedos a la infección por COVID (60%) y desbordes injustificados (46%).
La mención de temores sobre el virus apareció también en el relato de algunas/os directivos/as de las instituciones educativas quienes mencionaron que dejaron de abordar el tema COVID-19 ante la manifestación por parte de niños/as y adolescentes de temor o angustia y la consideración de que la información que circulaba resultaba suficiente y/o excesiva. Las profesionales de la salud entrevistadas mencionaron, que, en algunos casos, el miedo al virus era atribuido a la exposición excesiva a la información en los medios de comunicación.
¿De qué manera se afrontó el malestar originado por la pandemia?
Los/as informantes mencionaron comportamientos que pueden pensarse como estrategias para afrontar el malestar originado por la pandemia, tales como: aceptar y ejercer los cuidados recomendados (95%), buscar afecto y contención ante el miedo y/o la preocupación (76.6%), expresar emociones y preguntar sobre el virus (46.3%), participar en actividades sociales virtuales (72.1%).
Dichos comportamientos variaron según las edades: la búsqueda de afecto apareció en mayor proporción en niños/as que asistían a nivel inicial y primario, siendo los/as más pequeños quienes se sintieron más tranquilos y parecieron no preocuparse por la situación. Los/as más grandes (nivel primario y secundario) fueron quienes mayoritariamente destacaron el lado bueno de estar en casa y prefirieron evitar las salidas permitidas; y los/as adolescentes, fueron quienes mayoritariamente participaron en actividades sociales sosteniendo sus vínculos de manera virtual (chat, videollamadas, juegos en red).
Frente a las manifestaciones de niños/as y adolescentes durante el aislamiento, las familias implementaron distintas estrategias. Algunas -que implican elaboración del malestar-, como: dialogar y brindar información (37.6%) y generar condiciones para expresar los sentimientos a través del lenguaje y actividades lúdico/artísticas (10,4%). También se mencionaron otras como ofrecer actividades de distracción (23,4%) y promover la comunicación virtual con familiares y amigos (14%). Las referentes de la salud psicológica infantil señalaron que la búsqueda de apoyo en otras familias y en profesionales, y la filtración de la información que llegaba a los niños/as, complementaban a las anteriores.
Indudablemente la pandemia y las medidas de cuidado han producido nuevas condiciones vitales. Frente a ello, niñas/os y adolescentes han respondido de diversas maneras, intentando hacer frente a las demandas y exigencias del nuevo contexto, a través de cambios en los estados de ánimo y comportamientos, y estrategias para elaborar el malestar producto de la imprevisibilidad e incertidumbre de esta coyuntura excepcional e inédita.
Es preciso señalar que estas manifestaciones y estados psíquicos en sí mismos no revisten carácter patológico. En este sentido, es recomendable evitar diagnósticos apresurados o no fundamentados en torno a los efectos subjetivos del aislamiento y consultar con un/a profesional de la salud, si persisten o se intensifican algunas de dichas manifestaciones.